El invierno en Japón abarca los meses de diciembre a febrero aproximadamente. Es una temporada mágica que combina paisajes nevados, festivales únicos y tradiciones culturales que sólo se pueden disfrutar en estas fechas. La intensidad del mismo variará dependiendo de que tan al norte o al sur estemos. Esta época es recomendada para aquellos que sean amantes de los deportes invernales.
Si planeas tu visita a Japón a comienzos de enero, el Hatsumode es una tradición que no puedes perderte. Este consiste en visitar un templo o santuario para rezar por la buena suerte en el nuevo año. Entre luces, oraciones y amuletos, es una oportunidad única de vivir la cultura japonesa en un ambiente festivo y espiritual.
Cada febrero en Sapporo en Hokkaido, se transforma en un mundo de esculturas de hielo y nieve. Con enormes figuras que recrean desde personajes de anime hasta monumentos famosos, este festival atrae a miles de turistas de todo el mundo. Las noches se iluminan con luces que hacen brillar las esculturas, creando escenarios espectaculares.
Si eres fan de deportes de invierno como el esquí o el snowboard, Niseko es tu destino ideal. Sus pistas son famosas por la calidad de su nieve y sus vistas panorámicas. Además, después de un día en la nieve, puedes relajarte en un onsen, una experiencia reconfortante que combina naturaleza y relajación.
Kenroku-en es uno sde los jardínes más famoss de Japón y se encuentra en Kanazawa. Este hermoso jardín se transforma en un espectáculo invernal. Sus estanques, puentes y árboles cubiertos de nieve reflejan la esencia de la jardinería japonesa y la estética de la temporada fría. Es un lugar ideal para fotos y para disfrutar de la tranquilidad.
Famoso por sus tradicionales casas con techos inclinados, llamadas “Gassho-zukuri”, Shirakawa-go es un destino sacado un cuento invernal. Siendo un Patrimonio de lab humanidad de la UNESCO, este pueblo parece detenido en el tiempo, con nieve cubriendo los tejados y chimeneas humeantes que crean un ambiente cálido y acogedor.
Una de las experiencias más icónicas del invierno japonés es visitar a los monos de nieve en el Parque Jigokudani, en Nagano. Estos monos disfrutan de los onsen naturales, creando imágenes adorables mientras se sumergen en aguas termales rodeados de nieve.
En Zao, una hermosa zona montañosa en la prefectura de Yamagata, el invierno crea uno de los paisajes más impresionantes de Japón: los famosos «juhyo” o «monstruos de nieve». Estos árboles, cubiertos por una capa espesa de hielo y nieve, adoptan formas fantasmales que parecen sacadas de un cuento de hadas. Es un espectáculo natural único que convierte a Zao en uno de los destinos invernales más fascinantes del país. Además de los monstruos de nieve, Zao también es conocido por sus excelentes pistas de esquí, lo que lo convierte en el lugar ideal para combinar deportes de invierno y un paisaje de ensueño.
A poca distancia de Zao, encontrarás Ginzan Onsen, un pueblo tradicional de aguas termales que parece sacado de un cuento. En invierno, el lugar se cubre de nieve, y las casas de estilo clásico japonés con techos de teja negra se iluminan suavemente por faroles, creando una atmósfera acogedora. Es un lugar perfecto para sumergirse en un onsen al aire libre mientras disfrutas del frío aire invernal y la quietud del paisaje.