Tottori está situada al oeste de Japón, conocida por su paisaje único de dunas de arena, especialmente la Duna de Tottori. Su ciudad capital, también llamada Tottori, tiene un ambiente tranquilo y una cultura muy rica. Además, la prefectura cuenta con montañas y costas que la hacen perfecta para el ecoturismo. Tottori también es reconocida por su producción de peras y mariscos frescos.
Las dunas de Tottori son las segundas más grandes de Japón y forman parte del Parque Nacional Sanin Kaigan. Este destino es ideal para los más aventureros, ya que aquí se pueden disfrutar actividades como el sandboarding, el parapente o recorridos en bicicleta de montaña. Desde el mirador, se puede apreciar una vista impresionante de la costa.
Situado en el Monte Mitoku, a más de 900 metros sobre el nivel del mar, se encuentra uno de los tesoros nacionales de Japón. Este templo ha sido edificado en un acantilado de la montaña, lo que lo convierte en un destino ideal para los aventureros. Su mayor atractivo es el Salón Nageiredo, una estructura impresionante incrustada en la pared de la montaña a 500 metros de altura, que se destaca tanto por su ubicación única como por su histórico valor arquitectónico.
El Monte Daisen es la montaña más alta de la región de Chūgoku y un volcán inactivo que forma parte del cinturón volcánico. Es muy popular entre los excursionistas y los esquiadores debido a su belleza natural. Aunque no está entre los picos más altos de Japón, es una de las montañas más apreciadas por su accesibilidad y paisajes.
Dentro del Geoparque Global San’in Kaigan, declarado Geoparque Mundial por la UNESCO en 2010, se encuentra la impresionante costa de Uradome. Esta área atrae a numerosos turistas, especialmente en verano, gracias a sus hermosas playas y aguas poco profundas, ideales para relajarse y disfrutar del mar. Además, los visitantes pueden explorar la costa a bordo de un barco, que ofrece recorridos por diversos puntos costeros, permitiendo apreciar de cerca las formaciones rocosas y paisajes únicos.
Este santuario sintoísta, dedicado a la liebre blanca, la deidad principal, se encuentra a solo unos metros de la orilla del mar. Es especialmente visitado por aquellos que buscan pareja, ya que, según la leyenda, la liebre blanca actuó como casamentero entre la bondadosa deidad Okuninushi-no-mikoto y una hermosa princesa, desempeñando un papel crucial en su unión.
Las ruinas del Castillo de Shikano son un lugar lleno de historia, donde los visitantes pueden sumergirse en el pasado de la región de Tottori y la época feudal de Japón. Aunque solo quedan las bases y algunas murallas, el castillo sigue siendo un sitio fascinante para quienes disfrutan conocer más sobre la historia y la arquitectura de los castillos japoneses.